Como un niño con su juguete, como un crío con su oso,…
Hay momentos en los que no quieres hacer nada, en los que quieres estar solo.
Esos momentos son los que aprovechas para irte a la cancha cercana de tu casa, solo, con tu balón y llegar, ponerte a tirar en la canasta a la que siempre acudes y disfrutar.
Te da el aire, te olvidas de todo y disfrutas del baloncesto.
En busca de la felicidad, que muchas veces se consigue simplemente con mi balón y un aro.